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Ferri entre El Salvador y Costa Rica suspende operaciones

Cuatro meses después del inicio de operaciones del ferri entre El Salvador y Costa Rica, la empresa operadora de la ruta suspendió el servicio debido la baja demanda, confirmó la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport).

Silvia Cuéllar, presidenta de Coexport, explicó que la ruta no alcanzó el volumen requerido para mantener una operación rentable, incluso reduciendo las tarifas. Simplemente “no resultaba viable a las empresas”, señaló.

La noticia de la suspensión de operaciones se conoció primero a través de la prensa costarricense después de que Óscar Álvarez, gerente general de Marinsa, confirmara al diario La Nación que ellos mismo cruzaron el buque Blue Wave Harmony en el Canal de Panamá hacia el Atlántico.

“Por lo pronto, podemos decir que el servicio El Salvador-Costa Rica está suspendido indefinidamente”, señaló el vocero de Marinsa, parte del consorcio ILG Logistics, que asumió la representación legal de Blue Wave en Costa Rica en noviembre pasado.

Álvarez aseguró que la ruta era interesante, pero se estructuró mal por los altos costos de operación, que rondaban los $10,000 diarios. “El barco ya cruzó el Atlántico y pagó una suma muy alta por irse del Pacífico y olvidarse de este negocio que fue una pesadilla para él”, insistió el empresario.

Las tarifas para la ruta se establecieron de $1,145 a $1,360, dependiendo del tipo de vehículo, pero los empresarios desde un principio aseguraron que el costo era alto frente a la movilización de mercancías vía terrestre, a pesar de reducir los tiempos de traslado de 100 a 24 horas.

Cuéllar aseguró que las condiciones están listas para recibir otras compañías que ofrezcan el servicio, pero que tenga “un buen entendimiento entre ferri y transportistas para lograr tarifas competitivas”.

El ferri inició operaciones el 10 de agosto pasado después de una década de negociaciones, en un trayecto que conectaba el Puerto de La Unión con el Puerto Caldera. Fue considerado un hito en la integración comercial, pues era la única marítima intrarregional y cuya segunda fase incluía el traslado de pasajeros.

La decisión de la empresa era previsible dado que había reducido las frecuencias de viajes, contempladas en un inicio en dos frecuencias semanales, e incluso en las últimas dos semanas el barco no había salido bajo el argumento que se encontraban en negociaciones con los empresarios para garantizar un volumen, pues se requería en promedio 60 contenedores para que un trayecto fuera rentable.

El buque Blue Wave Harmony, de 175 metros de largo, tenía capacidad para transportar 100 furgones con su cabezal y conductor, pero en el primer mes de operaciones apenas había operado con un 15 % de su capacidad.

La Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) registra que en cuatro meses hubo apenas 14 viajes. De estos, cuatro ocurrieron en agosto, cinco en septiembre, tres en octubre y en noviembre fueron dos.

Romeo Rodríguez, ministro de Obras Públicas (MOP), aseguró en noviembre que hasta ese momento se habían movilizado 130 contenedores, cargados principalmente con jugos, maquinaria, turbinas, generadores eléctricos, vehículos nuevos, fertilizantes y animales vivos.