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El Salvador ante el desafío de un nuevo modelo de desarrollo económico

En un llamado contundente, la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (COLPROCE), la Red de Ambientalistas Comunitarios de El Salvador (RACDES) y el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) han unido sus voces para exigir un cambio radical en el modelo de desarrollo de El Salvador.

Según estas organizaciones, el país necesita abandonar el actual enfoque neoliberal que, según argumentan, beneficia únicamente a una élite privilegiada, mientras socava los derechos económicos, sociales, ambientales y políticos de millones de salvadoreños.

El informe presentado por estas entidades destaca que el modelo neoliberal implantado desde los años 90 ha perpetuado una economía marcada por profundas desigualdades y altos niveles de pobreza. Según datos recopilados entre 2020 y 2023, El Salvador ha experimentado un crecimiento económico modesto, con un PIB que apenas ha alcanzado un 2.8% en esos años. Este crecimiento, aunque positivo, no ha logrado impulsar una transformación estructural significativa ni ha mejorado la productividad laboral de manera sustancial.

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Propuestas de Transformación

Las organizaciones proponen un conjunto de 45 acciones prioritarias para redirigir el rumbo del país hacia un desarrollo más inclusivo, productivo y sostenible:

  1. Transformación Estructural y Reducción del Déficit Comercial: Acelerar la transformación productiva para reducir el déficit comercial y mejorar la competitividad de la economía salvadoreña.
  2. Autonomía Económica para Mujeres y LGBTQI+: Promover políticas que garanticen la autonomía económica y el acceso igualitario al empleo y recursos para mujeres y personas LGBTQI+.
  3. Política Fiscal Justa y Equitativa: Desarrollar una política fiscal que asegure derechos económicos, sociales y culturales para todos los salvadoreños, reduciendo la carga sobre los más vulnerables.
  4. Fortalecimiento de la Seguridad Financiera: Mejorar la resiliencia del sistema financiero ante posibles crisis, reduciendo la exposición a riesgos soberanos y privados.
  5. Resiliencia Climática y Reducción de Vulnerabilidades: Implementar medidas para enfrentar los impactos del cambio climático y reducir la vulnerabilidad ante desastres naturales.

Desafíos y Trampas del Desarrollo

El informe también identifica siete trampas que han obstaculizado el desarrollo económico y social de El Salvador:

  1. Bajo Crecimiento y Productividad: Persistencia de un bajo crecimiento económico y una productividad laboral insuficiente.
  2. Discriminación y Exclusión Social: Normas y prácticas que perpetúan la discriminación contra mujeres, pueblos originarios, jóvenes y la comunidad LGBTQI+.
  3. Desigualdad y Pobreza: Elevados niveles de desigualdad y pobreza que limitan la movilidad social y el acceso equitativo a oportunidades.
  4. Desequilibrios Comerciales: Amplios déficits comerciales que reflejan debilidades competitivas y tecnológicas.
  5. Tributación Regresiva y Altos Niveles de Deuda: Sistema tributario regresivo y elevados niveles de deuda pública que comprometen los derechos económicos y sociales.
  6. Riesgos Financieros y Estabilidad: Vulnerabilidad del sistema financiero ante crisis debido a altos niveles de endeudamiento público y privado.
  7. Impactos del Cambio Climático: Alta exposición a fenómenos climáticos extremos que amenazan la seguridad y estabilidad del país.

A pesar de los esfuerzos por impulsar el crecimiento económico desde 2021, El Salvador enfrenta desafíos significativos en su estructura productiva y de empleo. Sectores como los servicios dominan el PIB, mientras que la industria manufacturera ha mostrado signos de declive. La tasa de desempleo, aunque relativamente baja, oculta un alto nivel de subempleo que afecta la eficiencia y equidad del mercado laboral.

Las organizaciones de la sociedad civil hacen un llamado urgente para establecer un diálogo inclusivo con todos los actores sociales, incluyendo empresarios, gobierno, trabajadores, partidos políticos, academia y organizaciones civiles. Este diálogo es crucial para alcanzar consensos mínimos y formular políticas públicas efectivas que impulsen un desarrollo productivo, inclusivo y sostenible en El Salvador.

En resumen, el camino hacia un nuevo modelo de desarrollo en El Salvador está lleno de desafíos, pero también ofrece oportunidades para transformar la realidad económica y social del país hacia un futuro más equitativo y próspero para todos sus habitantes.