La espera de una década llegó a su fin a las 7:18 p. m. del martes 5 de noviembre, cuando el icónico Paul McCartney subió al escenario para ofrecer su segundo concierto en Costa Rica. Pocos minutos después de la hora programada, el ex Beatle dio inicio al espectáculo con la emblemática Hard Day’s Night, una de las canciones que marcó la popularidad de The Beatles y que, en este caso, desató la emoción de los miles de fanáticos que se dieron cita en el evento.
Vestido con un elegante traje negro, un bajo en mano y con su característico cabello medianamente largo, McCartney, a sus 82 años, mostró la energía y la presencia de un verdadero ícono del rock. Las luces del escenario acentuaban su figura, mientras sus movimientos y ademanes provocaban la euforia entre el público costarricense, que no tardó en rendirse ante su carisma y su música atemporal.

Desde los primeros acordes del concierto, quedó claro que la magia de McCartney trasciende generaciones. La audiencia, de todas las edades, se dejó llevar por la energía de un espectáculo que no solo celebraba la historia de The Beatles, sino también la carrera solista del británico.
Con una duración de hasta las 10 p. m., el concierto continuó siendo una fiesta de recuerdos, emociones y canciones que han marcado la historia de la música, dejando una huella imborrable en los corazones de los asistentes. El regreso de McCartney a Costa Rica, tras una década, sin duda fue un evento que perdurará en la memoria de todos quienes tuvieron la oportunidad de vivirlo en vivo.






