El fútbol europeo se prepara para despedir a una de sus leyendas contemporáneas. El mediocampista croata Luka Modric, uno de los pilares del Real Madrid durante más de una década, anunció oficialmente que dejará el club merengue tras la disputa del Mundial de Clubes.
“Ha llegado el momento (…) El sábado jugaré mi último partido en el Santiago Bernabéu”, declaró el jugador de 39 años, visiblemente emocionado, confirmando así el fin de una era marcada por su elegancia en el terreno de juego, su visión táctica y un palmarés que lo coloca entre los más grandes que han vestido la camiseta blanca.
Modric llegó al Real Madrid en 2012 procedente del Tottenham Hotspur y, contra todo pronóstico, se convirtió en el cerebro del equipo. Durante sus 13 temporadas como madridista, conquistó seis títulos de la Liga de Campeones de la UEFA, múltiples ligas españolas y otros trofeos nacionales e internacionales, además del reconocimiento mundial como Balón de Oro en 2018.
Con su salida, el club no solo pierde a un jugador emblemático, sino a un símbolo de profesionalismo, liderazgo y constancia. Su legado en la Casa Blanca será imborrable, tanto para sus compañeros como para la afición que lo ovacionará por última vez en el Bernabéu este fin de semana.
La despedida de Modric no solo marca el cierre de un capítulo glorioso en la historia reciente del Real Madrid, sino también el comienzo de una nueva etapa para uno de los últimos grandes centrocampistas de una generación dorada. Aún se desconoce cuál será su próximo destino, pero lo cierto es que su nombre ya está inscrito en la leyenda del club más laureado del mundo.