El fenómeno de El Niño, que ha dominado las condiciones climáticas desde junio de 2023, está en proceso de transición hacia una fase neutral, según la última discusión diagnóstica del Centro de Predicciones Climáticas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés). Se prevé que para junio, El Niño ceda su lugar a una fase ENSO-neutral, con una probabilidad del 69% de que La Niña se desarrolle entre julio y septiembre de 2024.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha informado que la temporada invernal comenzará a instalarse esta semana en el país. Las primeras regiones en experimentar el invierno serán Chalatenango, Cabañas, la zona norte de San Miguel, Morazán y La Unión, entre el 15 y el 20 de mayo. Posteriormente, el invierno se extenderá a la franja central entre el 20 y el 25 de mayo, y entre el 25 y el 31 de mayo llegará a la parte sur occidental, finalizando en la zona oriental.
La región ha estado bajo la influencia de El Niño desde junio de 2023, con el aumento de las temperaturas en el Océano Pacífico provocando una reducción en las lluvias y potenciales sequías. Sin embargo, la previsión ha cambiado, y se espera que La Niña, que generalmente trae abundantes lluvias y el riesgo de inundaciones, comience a instalarse a partir de junio. Sus efectos, no obstante, podrían sentirse más claramente a partir de agosto, debido al desarrollo de una canícula en julio.
El impacto de este cambio climático es significativo. Mientras que El Niño ha sido asociado con la reducción de lluvias, La Niña podría traer abundantes precipitaciones, aumentando el riesgo de inundaciones y otros fenómenos climáticos extremos. Esta transición será crucial para la planificación y preparación de las comunidades y autoridades locales, que deben estar alerta ante los posibles cambios y sus consecuencias.
