El Super Bowl LIX, que se celebrará este domingo 9 de febrero en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, ha experimentado una caída significativa en los precios de las entradas en el mercado de reventa. Según informó CNN, los boletos más económicos han descendido por debajo de los 4.000 dólares, una cifra considerablemente más baja que en ediciones anteriores. Este precio representa una caída del 30% en la última semana y más del 50% en comparación con el récord alcanzado el año pasado, cuando el evento se celebró en Las Vegas.
El enfrentamiento entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles ha generado gran expectación, especialmente con la posibilidad de que los Chiefs logren un hito histórico al convertirse en el primer equipo en ganar tres Super Bowls consecutivos. Sin embargo, el interés por asistir al estadio parece haber disminuido, y los precios de reventa reflejan esta tendencia.
Factores que explican la caída en los precios
Según TickPick, plataforma de reventa de boletos, varios factores podrían estar influyendo en esta disminución de precios. En primer lugar, la ubicación del evento juega un papel clave. El Caesars Superdome tiene una capacidad de aproximadamente 74.000 asientos, lo que supera los 65.000 del Allegiant Stadium en Las Vegas. Este aumento en la oferta de entradas podría haber afectado los precios, al haber más boletos disponibles en el mercado.
Otro factor relevante es el atractivo de la ciudad anfitriona. Brett Goldberg, director ejecutivo de TickPick, señaló que Nueva Orleans no genera el mismo nivel de entusiasmo que Las Vegas, conocida por su vibrante vida nocturna y su reputación como destino de entretenimiento. La falta de ese “factor de atracción” podría estar desmotivando a los aficionados a gastar grandes sumas de dinero en los boletos.
Adicionalmente, el reciente ataque terrorista ocurrido en Nueva Orleans, donde un hombre embistió a una multitud con un vehículo y abrió fuego, podría haber generado inquietud entre los potenciales asistentes. Este trágico suceso, que dejó 14 muertos y al menos 35 heridos, podría haber influido en la decisión de muchos fanáticos de no asistir al evento, generando una menor demanda de entradas.
Con menos de una semana para el gran juego, el descenso en los precios de los boletos refleja una combinación de factores que, aunque inesperada, están alterando la dinámica usual de los costos asociados al Super Bowl.