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Así salvan las vidas de quienes padecen anemia falciforme en Kenia

En el África subsahariana, la anemia falciforme es una de las enfermedades más devastadoras, afectando principalmente a los niños. Se estima que el 90% de los niños que nacen con esta condición no alcanzan su quinto cumpleaños.

Sin embargo, Lea Kilenga, una heroína en su comunidad y reciente protagonista de una historia en CNN, ha desafiado las probabilidades, superando los retos de vivir con esta enfermedad genética y ahora lidera una lucha para mejorar la vida de los pacientes con anemia falciforme en su Kenia natal.

La anemia falciforme, un trastorno hereditario de la sangre, provoca que los glóbulos rojos se deformen, causando dolor intenso y complicaciones de salud graves. Las dificultades para acceder a tratamientos médicos adecuados, el estigma asociado a la enfermedad y la falta de conocimiento sobre la condición han exacerbado la situación en muchos países africanos.

Desde una edad temprana, Lea Kilenga enfrentó los desafíos de vivir con anemia falciforme. Su vida estuvo marcada por visitas frecuentes al hospital y luchas contra las complicaciones de la enfermedad. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, Lea no solo logró sobrevivir, sino que se ha convertido en una defensora del bienestar de los pacientes con esta condición.

“Queremos empoderar a los pacientes”, dice Lea con determinación. Ella ha sido una voz fundamental en la promoción de la educación sobre la anemia falciforme, y su objetivo es cambiar la percepción de la enfermedad en su comunidad. Lea y su equipo trabajan para ofrecer acceso a cuidado médico de calidad y asequible a quienes padecen la condición, lo que es especialmente necesario en un contexto donde los recursos de salud son limitados y las tasas de mortalidad infantil son alarmantes.

Paciente con anemia falciforme de Kenia tratado con éxito mediante BMT

A través de su iniciativa, Lea ha lanzado campañas de sensibilización para reducir el estigma asociado a la anemia falciforme. En muchos lugares, la falta de comprensión y las creencias erróneas sobre la enfermedad perpetúan la discriminación y la marginalización de los pacientes. Lea ha trabajado incansablemente para educar a las personas sobre cómo la anemia falciforme puede tratarse con intervenciones médicas adecuadas.

Además de sus esfuerzos por mejorar la atención médica en Kenia, Lea también se ha unido a organizaciones internacionales que trabajan en el área de la salud, colaborando con hospitales y expertos médicos para garantizar que los pacientes tengan acceso a tratamientos que antes eran prácticamente imposibles de conseguir.

“Lo que queremos es asegurarnos de que los pacientes no solo sobrevivan, sino que puedan tener una vida plena. Es necesario ofrecerles los medios para acceder a un diagnóstico temprano, a tratamientos preventivos y a un seguimiento adecuado”, explica Lea. Su compromiso ha hecho de ella una referente en la lucha contra la anemia falciforme en el país.

En un contexto donde las historias de éxito son pocas, Lea Kilenga ha demostrado que el poder de la esperanza, la educación y la lucha contra el estigma pueden salvar vidas. Y aunque el camino por recorrer es largo, su trabajo ha puesto a Kenia en el mapa como un país comprometido con el bienestar de sus ciudadanos, especialmente aquellos que viven con enfermedades crónicas como la anemia falciforme.

A medida que su esfuerzo continúa, Lea sigue luchando por un futuro donde ningún niño keniano pierda la vida a causa de esta condición, y donde la comunidad global finalmente reconozca la importancia de la prevención y el tratamiento de la anemia falciforme en África.