El pasado sábado, la Policía y la Fiscalía Antisecuestros de Guatemala hicieron un descubrimiento desgarrador: el cuerpo sin vida del joven cantante y tiktoker Jorge Sebastián Pop, también conocido como Farruko Pop. El cuerpo fue hallado enterrado dos metros bajo tierra y envuelto en sábanas en una vivienda de la colonia El Limón, ubicada en la zona 18 de la capital guatemalteca.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses confirmó la identidad del cadáver de Farruko Pop, quien había sido reportado como desaparecido desde el pasado 20 de mayo por sus familiares. El joven de 18 años, reconocido por sus populares vídeos en redes sociales, fue asesinado por asfixia aproximadamente hace cuatro o seis días.
El trágico hallazgo se produjo durante dos diligencias de allanamiento llevadas a cabo por el Ministerio Público y la Policía en inmuebles de la zona 18 de Ciudad de Guatemala. En estas operaciones, se recuperaron elementos clave, como una gorra roja que llevaba el día de su desaparición y un recibo de luz a su nombre. Además, se encontraron armas, municiones y latas de bebidas que serán utilizadas como evidencia.
Farruko Pop, quien se había hecho famoso por su peculiar estilo de cantar y su lucha por alcanzar el éxito, vivía en Livingston con sus padres. Desde una edad temprana, buscó oportunidades en el mundo de la música, llegando a grabar videoclips y participando en concursos como La Academia. Aunque no logró clasificarse para la final, su potencial fue reconocido por los jueces.
Las autoridades aún no han realizado capturas relacionadas con este crimen, que ha conmocionado a la comunidad guatemalteca. El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, instó a la Fiscalía a actuar con rapidez y contundencia para encontrar a los responsables, mientras que el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, calificó a Farruko Pop como una «joven promesa nacional» y exigió justicia.
El caso de Farruko Pop ha generado una gran conmoción en Guatemala y ha puesto de relieve la importancia de combatir la violencia y la discriminación en todas sus formas. La cantante indígena Sara Curruchich denunció los comentarios racistas y discriminatorios dirigidos al joven, subrayando la necesidad de promover la tolerancia y el respeto.