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Vacunas ARNm contra el COVID-19: Seguridad, eficacia y efectividad respaldada por la ciencia

La lucha contra la pandemia de COVID-19 continúa siendo prioritaria a pesar de los avances en la vacunación masiva. Desde la llegada del virus SARS-CoV-2, esta emergencia sanitaria ha destacado como una de las más importantes del siglo, recordando la devastación causada por la gripe española en 1918.

El riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte debido a este virus aumenta con la edad y en personas con afecciones cardiovasculares, enfermedad pulmonar crónica, anemia falciforme, enfermedad hepática, diabetes, cáncer y obesidad, entre otras.

Las vacunas basadas en la tecnología de ARNm, como las desarrolladas por Moderna, han demostrado ser eficaces para detener el avance de la pandemia, reducir los casos graves y las hospitalizaciones, y frenar la propagación del virus. Estas vacunas simulan una secuencia del virus que instruye a las células para producir proteínas específicas, desencadenando una respuesta inmunitaria.

La capacidad de Moderna para desarrollar, fabricar y comercializar rápidamente vacunas contra el COVID-19 demuestra el potencial de la tecnología de ARNm no solo para contener pandemias, sino también para hacer frente a brotes epidémicos en una fase de endemia. Hasta la fecha, la vacuna de Moderna ha sido autorizada en más de 70 países y se han producido más de mil millones de dosis, incluyendo vacunas actualizadas de refuerzo.

Recientemente, Moderna ha solicitado la autorización de la FDA para su nueva vacuna actualizada contra el COVID-19, que ha mostrado una sólida respuesta inmunitaria en los datos clínicos preliminares. Esta vacuna monovalente contiene ARNm que instruye a las células para producir proteínas de espiga que protegen contra la nueva variante de interés XBB.1.5 del SARS-CoV-2.

La Dra. Yamile Sandoval Sánchez, gerente médico de la Unidad de Vacunas de Asofarma, explica que el objetivo de administrar una dosis de refuerzo es potenciar la respuesta inmunitaria y contar con más tiempo de protección contra el virus y sus variantes de interés. Esto permitirá que el organismo esté mejor preparado para enfrentarse a las nuevas variantes que estén circulando.
La comunidad científica ha trabajado incansablemente para desarrollar vacunas eficaces contra el COVID-19. Estos esfuerzos han sido respaldados por rigurosos ensayos clínicos y evaluaciones de seguridad y calidad por parte de la FDA y organizaciones sanitarias internacionales. Sin embargo, las vacunas continúan siendo objeto de un monitoreo continuo para garantizar su seguridad.

«Los beneficios colectivos de la vacunación son esenciales para controlar la propagación del virus y proteger a los más vulnerables. Día a día, la ciencia avala la seguridad y eficacia de estas vacunas, y es crucial seguir promoviendo la importancia de la inmunización en la población para combatir esta amenaza permanente en el mundo», concluyó la Dra. Sandoval.

La lucha contra el COVID-19 sigue siendo un desafío, pero con la colaboración de la comunidad científica, la implementación de medidas preventivas y la vacunación masiva, podemos superar esta crisis y proteger la salud de todos.