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Trump propone cambiar el nombre del golfo de México a “golfo de América”

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró sus acusaciones contra México, señalando que el país está «esencialmente controlado por los cárteles de la droga». Durante su primera rueda de prensa del año en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, Trump advirtió que impondría aranceles a México si el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no toma medidas más drásticas para frenar el tráfico de fentanilo hacia su país. En un tono desafiante, también sugirió renombrar el Golfo de México, proponiendo que se le llamara «Golfo de América», una denominación que consideró «muy bella».

El republicano se mostró firme en su postura durante la conferencia, afirmando que está completamente «serio» en su amenaza de aranceles, tanto contra México como Canadá, debido a lo que consideró un incumplimiento de sus responsabilidades económicas y de seguridad. Trump destacó que, como socios en el tratado de libre comercio de América del Norte, ambos países deben actuar para reducir los déficits comerciales y enfrentar los problemas derivados del narcotráfico, especialmente el fentanilo que, según él, afecta a la población estadounidense de manera creciente.

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El magnate no limitó sus comentarios a cuestiones económicas y de seguridad. En su intervención, hizo propuestas polémicas sobre la geopolítica, como la idea de que Canadá debería convertirse en un estado de Estados Unidos y la posibilidad de adquirir Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca. También reiteró su visión expansionista, al expresar su deseo de recuperar el control del canal de Panamá, además de su propuesta sobre el Golfo de México, que, según Trump, debería reflejar la grandeza de América, haciendo alusión a la referencia común de Estados Unidos como «América».

En su discurso, Trump también criticó al presidente saliente, Joe Biden, por su reciente decisión de prohibir la explotación de petróleo y gas en las aguas federales de las costas este y oeste de Estados Unidos, así como en Alaska. Según el presidente electo, revertiría esa orden «en el primer día» de su mandato, incluso si tuviera que recurrir a los tribunales para hacerlo. Trump destacó que, en su opinión, estas decisiones ponen en peligro la seguridad energética y económica del país.