La selección femenina de El Salvador vivió una noche redonda en el Estadio Cuscatlán, firmando un dominante 3-0 sobre Honduras que dejó poco espacio para la duda y mucho para el análisis: más allá del marcador, fue un partido de autoridad absoluta. Desde el pitazo inicial hasta el minuto 78, la Azul y Blanco impuso un monólogo futbolístico que ahora la coloca en la cima de su grupo, donde solo el primer lugar avanzará a la siguiente fase de la Eliminatoria bajo la dirección técnica de Eric Acuña.
El libreto salvadoreño comenzó a escribirse muy temprano. A los tres minutos, Danielle Fuentes abrió el camino con un derechazo desde fuera del área, un remate potente y elevado que se coló al centro de la portería, imposible para Maddeline Nieto. Era el anuncio de una selección decidida a hacer respetar su casa y a responder a la histórica rivalidad regional.

Honduras intentó reaccionar con esfuerzos aislados desde larga distancia, pero la presión alta y la intensidad salvadoreña nunca bajaron. La defensa catracha no encontraba espacios y apenas lograba cruzar la mitad de la cancha con claridad.
Entre el minuto 11 y el 17, El Salvador aceleró aún más y generó una ráfaga de ocasiones claras: un zurdazo de Elaily Hernández se estrelló violentamente en el travesaño, Cerén probó con un tiro de media distancia y Victoria Meza obligó a Nieto a una estirada salvadora sobre la línea. El 2-0 parecía cuestión de tiempo, aunque el descanso llegó sin que la ventaja se ampliara.
En el complemento, la historia no cambió. La Azul y Blanco volvió al césped con la misma agresividad, determinación y control territorial que ya había marcado el ritmo del encuentro. Fue en esa etapa cuando llegaron los goles que sentenciaron el partido y que consolidaron una actuación que rozó la perfección colectiva.
Con este triunfo, El Salvador no solo se quedó con los tres puntos, sino que envió un mensaje claro: su fútbol, su orden y su convicción la convierten en una seria aspirante a avanzar en la Eliminatoria. La victoria, categórica y emocional, dejó la sensación de un equipo con identidad, confianza y un objetivo muy claro: seguir avanzando.






