La directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, presentó su renuncia, según un correo electrónico que envió al personal este martes 23 de julio y al que tuvo acceso la agencia AP.
La dimisión tiene lugar tras el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump, que desató fuertes críticas contra esa agencia, encargada de proteger al presidente y a los exmandatarios del país.
Kimberly Cheatle, que estaba en el cargo desde agosto de 2022, había recibido crecientes pedidos de dimisión, luego de los cuestionamientos sobre cómo el tirador pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano en un mitin de campaña al aire libre en Pensilvania.
«Asumo toda la responsabilidad por el fallo de seguridad», afirma en el correo electrónico al personal el martes.
“A la luz de los acontecimientos recientes, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora”.
La renuncia de Cheatle se produce un día después de comparecer ante un comité del Congreso, en donde fue cuestionada por horas tanto por demócratas como por republicanos por los fallas de seguridad.
En la audiencia, Cheatle reconoció que el atentado contra Trump es el “fallo operativo más grande” del Servicio Secreto en décadas y asumió toda la responsabilidad por las fallas de seguridad, pero molestó a los legisladores al negarse a responder preguntas específicas sobre la investigación.
El Servicio Secreto, blanco de críticas
El atentado contra Donald Trump es una de las fallas más graves del Servicio Secreto desde que el entonces presidente Ronald Reagan recibió un disparo en 1981.
Tras el hecho, la unidad de seguridad enfrenta investigaciones de múltiples comités del Congreso y del organismo de control interno del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien se encarga de evaluar el desempeño.
Las miradas apuntaron al fracaso a la hora de asegurar el techo de un edificio industrial donde se encontraba el pistolero, a unos 140 metros del escenario donde Trump estaba hablando.