El Real Madrid ha encendido las alarmas en la antesala de la final de la Copa del Rey al decidir no presentarse a la rueda de prensa oficial ni a los actos protocolares organizados por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) este viernes. La medida, que ha generado sorpresa y especulaciones, también incluye la cancelación de su entrenamiento en el estadio La Cartuja, donde se disputará el esperado encuentro ante el FC Barcelona este sábado.
El equipo blanco, dirigido por Carlo Ancelotti, tenía programada su comparecencia ante los medios a las 7:15 p. m. hora local, justo después de que el Barcelona cumpliera con su sesión oficial y atención a la prensa. Sin embargo, el club decidió no presentarse, desmarcándose del protocolo habitual en finales organizadas por la RFEF.
Además, ni el presidente Florentino Pérez ni otros representantes institucionales asistirán a la tradicional cena de gala organizada por la Federación como parte de los actos previos a la final, una señal clara del malestar que persiste en la cúpula merengue.
La decisión del club llega pocas horas después de las declaraciones de los árbitros designados para el partido, Ricardo de Burgos Bengoetxea (principal) y Pablo González Fuertes (VAR), quienes expresaron públicamente su preocupación por la presión mediática y social que enfrentan los colegiados en el fútbol español.
Aunque el Real Madrid no ha emitido una postura oficial, su ausencia de los actos formales y deportivos previos a uno de los partidos más esperados del año marca un precedente inusual y deja en el aire tensiones que podrían trascender lo estrictamente futbolístico.
La final, que enfrenta a los dos gigantes del fútbol español, ya prometía emociones fuertes dentro del campo. Ahora, también queda marcada por un ambiente institucional tenso que podría tener repercusiones más allá de los 90 minutos.
