Aunque muchas personas lo hacen, orinar en la ducha sigue siendo un tema que genera dudas. Sin embargo, los urólogos aseguran que, en general, orinar en la ducha es seguro y conveniente, tanto para hombres como para mujeres. Según la Dra. Karyn Eilber, profesora de Urología en el Hospital Cedars-Sinai, esta práctica no presenta inconvenientes y, en muchos casos, puede ser una cuestión de preferencia personal.
Orinar en la ducha no suele causar problemas de salud ni obstruir el desagüe, pero hay algunos factores a considerar. Por ejemplo, orinar de pie puede dificultar el relajamiento de los músculos del suelo pélvico, especialmente en las mujeres, lo que puede provocar esfuerzo innecesario. No obstante, el Dr. David Shusterman, urólogo en Nueva York, explica que orinar en la ducha, debido al ambiente relajante del agua caliente, puede ayudar a evitar el esfuerzo forzado y facilitar el vaciado completo de la vejiga.
Respecto a las infecciones, Eilber señala que no hay riesgo significativo de contraer una infección al orinar en una ducha pública, ya que el agua elimina la orina rápidamente. Sin embargo, advierte que en casos de infección urinaria, las bacterias podrían quedar atrapadas en la piel si no se toman precauciones. Para los hombres con prepucio y las mujeres, es importante evitar que la orina quede atrapada debajo de la piel, lo que podría propiciar el crecimiento de hongos.
Otra preocupación es el riesgo de infecciones en heridas abiertas. Aunque es poco común, la orina puede dificultar la cicatrización de las heridas debido al ambiente propicio para las bacterias. Shusterman sugiere colocar apósitos húmedos para mantener la herida limpia y seca.
Un aspecto psicológico interesante es la posible asociación entre el sonido del agua corriendo y la necesidad de orinar. Esto podría generar un hábito de orinar involuntariamente cuando se escucha agua, especialmente en personas con vejiga hiperactiva. En este caso, Eilber recomienda vaciar la vejiga antes de entrar a la ducha para evitar accidentes.
Sin embargo, los expertos advierten que orinar en baños y jacuzzis no es recomendable debido al riesgo de infección. El agua tibia y estancada en estas instalaciones puede ser un caldo de cultivo para bacterias y hongos, lo que aumenta las probabilidades de que estas entren en la uretra.
En conclusión, orinar en la ducha no presenta riesgos significativos para la salud si se siguen ciertas recomendaciones de higiene y precaución. La clave está en escuchar a tu cuerpo y tomar decisiones informadas sobre cuándo y cómo hacerlo.