En un esperado regreso al cuadrilátero, Mike Tyson, de 58 años, sufrió una contundente derrota frente a Jake Paul, un popular ‘youtuber’ convertido en boxeador, durante una velada celebrada el viernes en el AT&T Stadium de Arlington, Texas.
Tyson, quien dominó el mundo del boxeo en la década de 1980, mostró una versión lejana de su antiguo esplendor. Durante los ocho asaltos del combate, Paul, de 27 años, aprovechó su agilidad y velocidad para imponerse en las tarjetas con resultados de 80-72, 79-73 y 79-73.
La pelea generó una enorme expectación. Más de 72,000 personas asistieron al estadio de los Dallas Cowboys, mientras millones más la siguieron en vivo a través de Netflix, marcando la primera incursión de la plataforma en transmisiones de boxeo. Sin embargo, el espectáculo no cumplió con las altas expectativas.
Una lucha desigual
Desde el inicio, Paul dominó gracias a su condición física y estrategia. Aunque Tyson intentó presionar en los primeros asaltos, el veterano púgil logró conectar solo 18 golpes de 97 lanzados, en comparación con los 78 de 278 de Paul.
El ex campeón mundial peleó con una protección en la rodilla derecha, aunque aseguró que esta no afectó su desempeño. «No puedo usar eso como excusa. Si lo hiciera, no estaría aquí», declaró tras la pelea.
Por su parte, Paul destacó la experiencia de compartir el ring con una leyenda. «Es el más grande de todos los tiempos. Este hombre es un ícono y un honor pelear con él», afirmó el boxeador, quien suma 11 victorias en 12 combates profesionales.
Tyson: «Vine a pelear»
Pese a la derrota, Tyson se mostró conforme con su actuación. «No vine a demostrar nada a nadie, sólo a mí mismo. Estoy contento con lo que puedo hacer», dijo el excampeón, quien no descartó volver a subirse al cuadrilátero.
El combate marcó el regreso oficial de Tyson, quien no peleaba desde su derrota en 2005 frente a Kevin McBride. Su récord ahora es de 50 victorias (44 por nocaut) y 7 derrotas.
A pesar de los cuestionamientos sobre los riesgos de su regreso, Tyson se llevó un importante ingreso económico, estimado en 20 millones de dólares por el evento, consolidando su lugar no solo como un icono del boxeo, sino también como un espectáculo global.