Este sábado, en una emotiva ceremonia celebrada en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, autoridades, familiares y admiradores rindieron homenaje a Silvia Pinal, la última leyenda de la Edad de Oro del cine mexicano, quien falleció a los 93 años el jueves pasado. La actriz, que dejó una huella imborrable en el cine, la televisión y el teatro, fue recordada como una «mujer única e irrepetible» que desafió los cánones de su época y rompió barreras con su arte.
Durante el magno evento, la secretaria de Cultura de México, Claudia Curiel de Icaza, destacó las múltiples facetas de Pinal, quien se distinguió por su capacidad para interpretar personajes profundos y complejos. “Al mostrarse insumisas, irreverentes, sensuales y desafiantes, las mujeres que Silvia Pinal reveló en las pantallas fueron testimonio vivo del parteaguas entre dos tiempos”, expresó Curiel, refiriéndose al impacto que tuvo la actriz en la sociedad mexicana.
Su papel protagónico en la película Viridiana (1961), dirigida por Luis Buñuel, marcó un antes y un después en su carrera. La cinta, que ganó la Palma de Oro en Cannes, causó gran controversia al ser censurada por el Vaticano, pero también consolidó a Pinal como una de las grandes figuras del cine internacional. “Trabajó como ella lo deseó y con quien soñó”, agregó la secretaria de Cultura, subrayando que la actriz enseñó al público a mirar a las mujeres con “sus problemas, sus ambiciones y preguntas”.
El féretro de Pinal estuvo en la sala principal del Palacio de Bellas Artes por más de dos horas, donde fue rodeado por enormes fotografías de la diva en distintos momentos de su vida. Durante este tiempo, un ensamble coral del Instituto Nacional de Bellas Artes, acompañado por mariachis, interpretó varias de las canciones mexicanas favoritas de la actriz, quien también fue reconocida por su pasión por la música y la cultura popular.
El homenaje también fue un tributo a la familia Pinal, conocida por su legado en las artes. Hijas, nietas y bisnietas de Silvia, como la cantante Alejandra Guzmán, compartieron emotivos discursos, entre lágrimas de tristeza y orgullo. “Este matriarcado tenía siempre magia, siempre arte, siempre cosas que llevaremos todas. Esa es la mejor herencia que puedo tener, esa casta, esa raíz que echó hasta el final”, expresó Guzmán.
A lo largo del día, cientos de admiradores hicieron fila por horas para dar su último adiós a la actriz, que dejó un legado que trasciende generaciones. El recorrido del féretro desde la funeraria hasta el Palacio de Bellas Artes, custodiado por un dispositivo de seguridad, fue recibido por una multitud que, desde puentes peatonales y aceras, vitoreaba su nombre en señal de respeto y cariño.
El gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, expresó su pesar por la pérdida de Pinal, quien “con su talento cinematográfico y teatral, es parte de la memoria cultural de México”, destacó la mandataria en su cuenta de X.
A lo largo de su prolífica carrera, Silvia Pinal participó en 84 películas, 42 obras de teatro y 33 producciones televisivas, dejando un legado que perdurará en la memoria colectiva del país.