El Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp) ha invertido más de $510 millones en la formación profesional de 5.5 millones de salvadoreños durante los 30 años que tiene de operaciones.
La creación del Insaforp se dio luego de la firma de los Acuerdos de Paz, con el objetivo de formar a las personas y mejorar su bienestar, así como aumentar la competitividad del país. Fue en 1993 que se aprobó un decreto que dio vida a la Ley de formación profesional y, en consecuencia, a la creación del Insaforp. Sin embargo, fue hasta 1995 que se capacitaron a los primeros trabajadores.
El presidente de Insaforp, Ricardo Montenegro, destaca la autonomía y una administración sana como el legado más importante de la institución. La misma administra fondos provenientes de las empresas a través de las planillas del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), de los cuales un 50 % se destina para inversión en formación inicial y el otro 50 % para las firmas cotizantes.
En 2022, Insaforp capacitó a 240,000 salvadoreños con una inversión de $42 millones. Para 2023, la meta es llegar a 260,000 personas con un capital de $44 millones. El programa estrella de Insaforp es Empresa Centro, creado en 1997, que permite a los jóvenes aprender un oficio o especialidad técnica y luego ponerlo en práctica en una empresa. El éxito de este componente se mide con una empleabilidad del 98% de los participantes.
Insaforp tiene programas diseñados para sectores pujantes de la economía, como el de plásticos, el segundo exportador más importante después de la industria textil y de confección. Junto al Ministerio de Turismo (Mitur) capacitan a los jóvenes en servicios como coctelería, hospedaje, gastronomía y guías.
En estas tres décadas, Insaforp ha creado programas de formación específicos, como la capacitación para un grupo de mujeres de Chinameca, San Miguel, que incursionaban en la crianza de pelibuey y querían aprender sobre usos de la piel.
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