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Florinda Meza, entre la nostalgia y la ansiedad: la serie de Chespirito reabre viejas heridas

Florinda Meza, reconocida internacionalmente por su papel de Doña Florinda en “El Chavo del 8” y viuda del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, se encuentra atravesando una etapa emocionalmente difícil tras el estreno de la serie biográfica Sin querer queriendo, basada en la vida de Chespirito.

Contrario a los rumores que circulan en redes sociales, Meza no se encuentra en estado grave de salud. Sin embargo, allegados a la actriz han confirmado que su bienestar emocional se ha visto seriamente afectado. Florinda sufre de episodios de ansiedad, depresión, punzadas en el pecho y constantes dolores de cabeza, síntomas que, según su entorno cercano, se intensificaron luego del lanzamiento de la producción.

La serie, que aborda la trayectoria y vida personal de Gómez Bolaños, ha generado controversia al incluir aspectos íntimos de la relación entre Chespirito y Meza. Según se ha informado, Florinda no otorgó su consentimiento para que su historia fuera retratada, y el personaje inspirado en ella aparece bajo otro nombre. No obstante, muchos espectadores han identificado a la figura ficticia como una clara alusión a la actriz.

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Meza ha expresado su descontento con el contenido de la serie, asegurando que no refleja la verdad de su vida junto al creador de personajes icónicos como El Chavo y El Chapulín Colorado. La falta de autorización y el enfoque narrativo de la producción parecen haber reabierto heridas emocionales, afectando la salud mental y física de la actriz de 75 años.

Un familiar cercano aseguró que la situación ha sido “muy dolorosa” para Florinda, al punto que ha tenido que tomar medidas para sobrellevar el impacto. “No está bien, ni física ni emocionalmente”, declaró la fuente, resaltando que el contenido de la serie ha sido perturbador para ella.

Pese a la preocupación, no existen indicios médicos que indiquen que su estado sea de gravedad o que esté en peligro de muerte. Aun así, la situación ha puesto sobre la mesa un debate en torno a la ética de las producciones biográficas sin consentimiento directo de todos los involucrados, especialmente cuando se trata de figuras vivas cuyas historias personales siguen generando interés público.

La salud emocional de Florinda Meza merece atención y respeto. En medio de esta controversia, queda claro que la nostalgia televisiva también puede abrir cicatrices que aún no han sanado.