El béisbol estadounidense ha perdido a una de sus figuras más icónicas y controvertidas. Pete Rose, considerado uno de los mejores peloteros en la historia de las Grandes Ligas, falleció el pasado lunes a los 83 años en su residencia en Las Vegas, Nevada, según reportes de medios locales.
Conocido como «Charlie Hustle» por su estilo de juego agresivo y comprometido, Rose se destacó como la estrella de los Rojos de Cincinnati y se convirtió en el líder histórico en hits de la MLB, acumulando un total impresionante de 4.256. A lo largo de su carrera, que abarcó 24 temporadas, también logró 3.215 sencillos y 160 jonrones en 3.562 partidos jugados.
La hazaña más célebre de Rose ocurrió el 11 de septiembre de 1985, cuando logró el hit número 4.192, superando el récord anterior de Ty Cobb. Junto a Cobb, Rose es uno de los únicos jugadores que ha superado la barrera de los 4.000 hits en su carrera.
Su trayectoria no solo estuvo marcada por récords, sino también por su éxito en la postemporada, donde ganó tres Series Mundiales: dos con los Rojos en 1975 y 1976, y otra con los Filis de Filadelfia en 1980. Rose fue reconocido como el Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Nacional en 1973 y se llevó a casa títulos de bateo en 1968, 1969 y 1973.
Sin embargo, la carrera de Rose se vio empañada por una controversia que lo alejó del Salón de la Fama. En 1989, tras una investigación sobre sus apuestas en partidos de béisbol, Rose fue suspendido de por vida de la competición. A pesar de sus intentos por revertir esta decisión, su estatus de leyenda en el béisbol quedó manchado.
La franquicia de los Rojos de Cincinnati expresó su tristeza ante el fallecimiento de su exestrella, afirmando en X que «los Rojos reciben con el corazón roto la noticia de la muerte de la leyenda del béisbol Pete Rose».
Pete Rose deja un legado complicado pero inolvidable en el béisbol, un deporte que él mismo ayudó a definir. Su historia perdurará, tanto por sus logros en el campo como por la controversia que rodeó su vida fuera de él.