El 30 de enero de 1969, Londres fue testigo de un momento inolvidable en la historia de la música: el último concierto público de The Beatles. Sin previo aviso, la icónica banda británica sorprendió a los transeúntes de Savile Row al ofrecer un concierto improvisado en la azotea de Apple Corps, la sede de su productora.
Durante 42 minutos, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr interpretaron algunos de los temas que formarían parte de Let It Be, su último álbum de estudio. Entre las canciones destacaron Get Back, Don’t Let Me Down y I’ve Got a Feeling, mientras cientos de personas en la calle se detenían para escuchar a la banda en lo que sería su última actuación en vivo.
El inusual concierto, que marcó el final de una era, también provocó quejas de algunos vecinos, lo que llevó a la policía a intervenir y dar por terminada la presentación. A pesar de ello, la imagen de los Beatles tocando en la azotea quedó grabada como un hito en la historia del rock.
Este evento no solo representó el cierre simbólico de la etapa final de la banda, sino que se convirtió en un referente de la cultura pop y la historia de la música. A más de cinco décadas de aquella presentación, el «concierto en la azotea» sigue siendo recordado como una de las actuaciones más icónicas de todos los tiempos.
