Este día, El Salvador recuerda el histórico momento en que, hace 32 años, se firmaron los Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de guerra civil. La firma de estos acuerdos, realizada el 16 de enero de 1992 en el Castillo de Chapultepec, México, marcó el inicio de un proceso de reconciliación nacional y transformación política en el país.
El conflicto armado, que dejó más de 75,000 víctimas y miles de desaparecidos, enfrentó al gobierno salvadoreño y a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Los Acuerdos de Paz fueron el resultado de años de negociaciones mediadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de establecer reformas estructurales que garantizaran la democracia y los derechos humanos.
Entre los principales compromisos adquiridos destacaron la desmovilización de las fuerzas guerrilleras, la reducción de las Fuerzas Armadas, la creación de la Policía Nacional Civil (PNC) y la implementación de reformas judiciales y electorales. Estos cambios sentaron las bases para la participación política de antiguos combatientes y la consolidación de un sistema democrático.
Hoy, diversas organizaciones sociales, académicas y gubernamentales realizan actos conmemorativos para reflexionar sobre los avances y desafíos que persisten en la construcción de una paz duradera. Voces de distintos sectores coinciden en la necesidad de fortalecer la justicia social, la inclusión y el respeto a los derechos humanos para honrar el espíritu de los Acuerdos de Paz.
A 32 años de aquel momento histórico, El Salvador sigue enfrentando retos en materia de seguridad, desarrollo económico y cohesión social. Sin embargo, la firma de los Acuerdos de Paz representa un hito que recordó al país la importancia del diálogo y la negociación como vías para resolver conflictos y construir un futuro más justo y pacífico.
