Durante décadas, la cultura popular ha sostenido que la sensualidad femenina tiene fecha de caducidad. Tras la menopausia, se espera que las mujeres acepten con elegancia que su vida íntima ha terminado o, al menos, que ha disminuido de manera significativa. La resequedad vaginal, el sexo doloroso y la falta de deseo se presentan como “parte natural del envejecimiento”, llevando a muchas mujeres a vivir la sexualidad como algo incómodo o incluso a abandonarla por completo.
Sin embargo, la terapeuta sexual certificada por la Asociación Estadounidense de Educadores, Consejeros y Terapeutas en Sexualidad (AASECT), Shamyra Howard, propone una visión distinta: “El deseo no desaparece en las mujeres mayores de 50, solo cambia”, asegura la especialista de la marca Womanizer.
Un estudio del Instituto Kinsey publicado en 2024 reveló que el 59 % de las mujeres entre 40 y 65 años reportó dificultades sexuales —resequedad, dolor o problemas para alcanzar el orgasmo— vinculadas a cambios hormonales y el envejecimiento. No obstante, Howard resalta un dato clave: “Casi el 40 % de las mujeres posmenopáusicas disfrutó del sexo durante el último año, lo que demuestra que estos cambios no siempre implican un declive”.
¿Qué provoca los cambios sexuales en la mediana edad?
La especialista explica que la disminución de estrógeno, junto con transformaciones en el estilo de vida y una mayor autoconciencia, influye en la sexualidad de las mujeres. “Muchas descubren que necesitan más tiempo para excitarse o notan cambios en la sensibilidad, pero eso no significa que su vida sexual haya terminado”, aclara.
Leslie Morgan Steiner, autora de The Naked Truth (La verdad al desnudo), coincide: el deseo no desaparece con la edad, solo se transforma. Tras su divorcio a los 49 años, Steiner exploró nuevas relaciones, reconectando con su sexualidad y autoconfianza. “El matrimonio, la maternidad y las exigencias de la vida laboral pueden desconectarnos de nuestra identidad”, señala.
Cómo disfrutar del deseo sexual después de los 50
Romper con los mitos sobre la sexualidad femenina en la mediana edad es fundamental. Howard asegura que, aunque los cambios hormonales pueden afectar la excitación y la sensibilidad, la autoconfianza y la creatividad son clave para mantener la satisfacción sexual.
Entre sus recomendaciones para abrazar el deseo sexual en esta etapa destacan:
-
Normalizar el uso de lubricantes: esenciales para disfrutar sin molestias.
-
Explorar juguetes sexuales: ayudan a mantener la excitación y la sensibilidad.
-
Comunicación con la pareja: el deseo evoluciona y necesita ser compartido.
-
Fortalecer la confianza: sentirse cómoda en el propio cuerpo aumenta la satisfacción.
“Algunas mujeres experimentan orgasmos más intensos y una vida sexual más libre después de los 50”, explica Howard. “Replantear la mediana edad como un inicio y no como un final sexual abre posibilidades”.
Recuperar la identidad a través del sexo
Howard señala que la libertad y la curiosidad sexual aumentan en esta etapa de la vida, cuando las mujeres dejan de centrarse en expectativas ajenas. Steiner también comparte su experiencia: tras su divorcio, decidió reconectar con su deseo y explorar relaciones con hombres más jóvenes. “Descubrí que la sexualidad y la autoconfianza nacen desde dentro, no dependen de otra persona”, afirma.
Para quienes desean retomar las citas o explorar su sexualidad después de los 50, Howard aconseja combinar curiosidad, acompañamiento profesional y apertura para descubrir nuevas formas de placer. Steiner, por su parte, enfatiza la importancia de proteger la independencia económica y buscar relaciones que sumen, sin presiones externas.
El mensaje es claro: la sexualidad no tiene fecha de caducidad. Con autoconocimiento, confianza y creatividad, muchas mujeres descubren que esta etapa puede ser de exploración, placer y reivindicación personal.






