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Cuatro años desde el primer contagio de COVID-19 en El Salvador

Hace exactamente cuatro años, a través de una cadena nacional, el presidente de la república Nayib Bukele anunciaba el primer contagio de COVID-19 en El Salvador. El virus llegó al país a través de un paso ciego y fue identificado en el municipio fronterizo de Metapán, al norte de Santa Ana, desencadenando la instalación de un cerco militar esa misma noche, aunque denominado «cordón sanitario».

En aquel entonces, ver la entrada de una ciudad o pueblo remoto del país custodiada por ciudadanos con mascarillas, rostros cubiertos y guantes, podría haber causado sorpresa, pero era la respuesta de muchos ciudadanos para proteger sus territorios y la salud de sus familias.

El Salvador: comenzó una cuarentena "absoluta" y "rígida" para frenar el  Covid-19

El COVID-19 sumió al país en el pánico y cobró la vida de miles de salvadoreños en circunstancias poco transparentes, cuestionadas por profesionales médicos y organizaciones de salud. Pero antes de la llegada del primer paciente, el gobierno ya había tomado medidas para intentar detener la propagación de la pandemia: decretó emergencia, suspendió clases, cerró fronteras y el aeropuerto internacional, y tres días después, impuso una cuarentena obligatoria que alteró la vida de más de 6 millones de salvadoreños.

Eran las 8:25 de la noche del sábado 21 de marzo cuando Bukele anunció la cuarentena domiciliar completa por 30 días. Desde entonces, la vida cambió para muchos; se perdieron empleos, negocios y seres queridos.

El primer régimen de excepción se aprobó, suspendiendo derechos constitucionales como el libre tránsito y la libre reunión. A pesar de la oposición, se implementaron medidas más estrictas que llevaron a 30 días adicionales de encierro, prohibiendo incluso el transporte colectivo y el comercio informal.

La estrategia contra COVID-19 implementada por el Gobierno salvó a miles de  salvadoreños - Presidencia de la República de El Salvador

Cuatro años después, se hace evidente que la lucha contra el COVID-19 ha sido un desafío prolongado. Aunque se han implementado medidas, el país ha enfrentado críticas por violaciones de derechos constitucionales y decisiones controvertidas en la gestión de la pandemia.

El recorrido desde el primer contagio hasta hoy ha sido arduo, pero la lección más importante es que la lucha contra el COVID-19 sigue siendo una prioridad para El Salvador y el mundo entero.