Brasil derrotó por la mínima a Suiza, con una volea de Casemiro que rompió el empate entre ambas selecciones. Con esta victoria manda, los dirigidos por Tite clasifican a los octavos de final del Mundial.
La selección brasileña es la segunda clasificada a octavos, después de Francia, gracias a un momento de brillantez de Casemiro, que quebró un empate espeso y trabajado por parte del equipo suizo, dejando el marcador final de 1-0.
En el minuto 66 el delantero Vinicius Junior anotó el que parecía ser el 1-0, pero el gol fue anulado por fuera de juego en un partido que dirigió el salvadoreño Iván Barton.
No es ningún misterio. A Brasil le está costando abrir los partidos. La selección de Tite toca y toca, pero sufre un mundo para descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia y la Suiza.
Los de Murat Yakin, además, no renunciaron a la pelota con el desprecio con el que lo hicieron los balcánicos. Intentaron disputar la posesión a Brasil y controlaron el partido durante bastantes minutos, cerrando espacios a Brasil y haciendo buena esa máxima: “si tú tienes el balón, tu rival no lo tiene”. Johann Cruyff era un genio.
Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a la arrancada de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, fue Casemiro.
Combinó con Rodrygo en la frontal y sacó un disparo seco, botando y que, tras tocar ligeramente en un defensor suizo, se alejó hasta meterse junto al palo. De primeras, un golazo; de segundas, también, pero con un pelín de suerte.
No le hizo falta más a Brasil, que aseguró su segunda victoria del torneo y ya está en octavos de final. Virtualmente es también primera, solo un descalabro ante Corea del Sur se lo impedirá.
