La capital vibró con fuerza este fin de semana gracias a la electrizante presentación de la legendaria banda salvadoreña Broncco, encargada de abrir el concierto de Judas Priest. Su show se convirtió en una verdadera celebración del rock nacional, encendiendo el escenario con cada acorde y arrancando aplausos desde la primera canción.
Temas como “Hoy estamos aquí”, “Ya no estás” y “Vendedor de sueños” no solo fueron coreados por los presentes, sino que se sintieron como himnos que marcaron generaciones. La potente ejecución musical y la energía escénica de Broncco envolvieron al público en una atmósfera de euforia colectiva y recuerdos imborrables.
Con una entrega auténtica y una conexión palpable con sus seguidores, la banda rindió tributo al legado del rock salvadoreño, demostrando que su música sigue tan viva y vigente como el primer día. Muchos asistentes no pudieron contener las lágrimas al revivir momentos personales ligados a cada canción, mientras otros simplemente se dejaron llevar por la fuerza del espectáculo.
Más que una presentación, fue una experiencia emocional donde la nostalgia y la pasión se fundieron con el rugir de las guitarras y la fuerza de las letras. Broncco reafirmó su lugar como ícono indiscutible de la escena musical salvadoreña, recordando por qué su nombre sigue resonando con fuerza en cada rincón del país.
El público, conmovido y agradecido, despidió a la banda entre ovaciones, dejando claro que en San Salvador, el rock tiene nombre propio: Broncco.
