El FC Barcelona volvió a saborear la élite europea al clasificar a semifinales de la Champions League, pese a una dolorosa derrota por 3-1 ante el Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park. El equipo de Hansi Flick firmó su peor actuación de la temporada, pero le bastó el sólido 4-0 conseguido en la ida para sellar el pase tras seis años de ausencia en esta fase del torneo.
La noche comenzó con fantasmas: errores, descontrol y un penalti que Serhou Guirassy convirtió al minuto 11 para encender las alarmas. Los recuerdos de Roma y Liverpool —cuando el Barça dejó escapar ventajas considerables— sobrevolaron el estadio y sacudieron la confianza del equipo culé.
Sin Pedri ni Íñigo Martínez, la defensa azulgrana lució frágil y la propuesta ofensiva desapareció. En una primera mitad para el olvido, el conjunto catalán no logró ni un solo disparo al arco. Lamine Yamal errático, Frenkie de Jong impreciso, y solo Raphinha —asistido por un brillante Gerard Martín— inquietaba a los alemanes.
El Dortmund, con más ímpetu que fútbol, acortó distancias en el global, pero nunca puso realmente en jaque la eliminatoria. El Barça llegó a 24 partidos invicto antes de este tropiezo, y aunque cayó por primera vez en 2025, el boleto a semifinales es un triunfo mayor para una plantilla que busca volver a escribir su historia en Europa.
