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Avícola Campestre inaugura planta de incubación Gloria Romero en San Miguel

El crecimiento económico de la zona oriental se dibuja en San Miguel, donde un moderno complejo se levanta como símbolo de innovación, sostenibilidad y nuevas oportunidades para la región. Se trata de la planta de incubación Gloria Romero, inaugurada recientemente por Avícola Campestre, un proyecto que promete marcar un antes y un después en la industria avícola salvadoreña.

El evento de apertura reunió a invitados especiales, representantes de la prensa y colaboradores de la empresa. Todos fueron testigos de un recorrido único por instalaciones que incorporan procesos de incubación de 21 días, respaldados por tecnología de punta y controles minuciosos en cada etapa. La experiencia permitió comprender cómo, desde el corazón de San Miguel, se gesta una transformación productiva que impactará en todo el país.

Una apuesta por la innovación

La nueva planta no es un paso aislado, sino parte de la estrategia de crecimiento de Avícola Campestre. Con esta infraestructura, la compañía asegura la producción interna de sus pollos recién nacidos, garantizando así la calidad y la cobertura en su cadena de valor, que va desde la incubación hasta la distribución de pollo procesado en distintas presentaciones.

La planta Gloria Romero refleja nuestro compromiso con un crecimiento sostenible y con la economía local. Esta inversión no solo aumenta nuestra capacidad productiva, sino que también contribuye al desarrollo de San Miguel y la región oriental. Es un orgullo demostrar que Avícola Campestre sigue innovando para servir a las familias salvadoreñas”, expresó Sergio Romero, Director de la Unidad de Negocios Avicultura & Energía, durante el acto inaugural.

Nombrada en honor a la fundadora de la empresa, Gloria Romero, la planta simboliza un legado de liderazgo familiar y visión empresarial que, desde hace décadas, ha convertido a Avícola Campestre en un referente nacional.

Un modelo de sostenibilidad en marcha

El compromiso de la compañía va más allá de la productividad. Avícola Campestre ha integrado en su plan de operaciones una estrategia de sostenibilidad que abarca desde el uso de energía limpia mediante biogás y paneles solares, hasta la implementación de procesos que reducen la huella ambiental. De esta manera, la planta de incubación se suma a un modelo de economía circular, donde los recursos se aprovechan al máximo y se reintegran al entorno con menor impacto.

Impacto en la comunidad y la economía

Los beneficios de esta inversión ya se reflejan en San Miguel y sus alrededores. La planta ha generado más de 20 empleos directos y cerca de 50 durante la etapa de construcción, además de abrir nuevas oportunidades para proveedores locales y pequeñas cadenas de distribución que se integran a la dinámica productiva.

Para la zona oriental, históricamente rezagada en comparación con otras regiones del país, este proyecto representa un impulso importante en la reactivación económica. La instalación de la planta no solo dinamiza el mercado laboral, sino que también atrae inversión y fomenta la competitividad local.

Un futuro que comienza a incubarse

En un país donde el acceso a alimentos de calidad es cada vez más valorado, iniciativas como la de Avícola Campestre colocan a El Salvador en el mapa regional de innovación agroindustrial. La planta Gloria Romero no solo asegura un suministro confiable de productos avícolas, sino que también plantea un modelo empresarial que apuesta por la sostenibilidad y el desarrollo comunitario.

San Miguel, conocida por su dinamismo comercial y cultural, suma ahora un motivo más para consolidarse como epicentro del oriente: una planta de incubación que no solo produce pollos, sino también esperanza, empleo y crecimiento para las familias salvadoreñas.