Un reciente informe de la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (Fews Net) advierte que el retraso en las lluvias podría prolongar la temporada de escasez de alimentos en El Salvador, Honduras y Nicaragua. Este programa, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), indica que la temporada anual de escasez, que comienza en mayo, se extenderá debido a la demora en el ciclo de lluvias conocido como «primera».
El informe detalla que, aunque tradicionalmente la temporada de escasez de alimentos se desarrolla de junio a septiembre, alcanzando su punto máximo en agosto, este año podría extenderse un mes más. Este escenario afecta particularmente al corredor seco de los tres países y el norte de Honduras, donde se anticipa un deterioro de la seguridad alimentaria de los hogares más vulnerables.

Las pérdidas agrícolas del ciclo 2023-2024, causadas por la disminución de las lluvias bajo la influencia del fenómeno El Niño, han agravado la situación. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que El Niño, iniciado en junio de 2023, fue uno de los cinco más intensos registrados. Para 2024, se ha confirmado el desarrollo de La Niña, fenómeno que incrementa las precipitaciones.
Según Fews Net, los hogares más pobres encontrarán alivio cuando se coseche la primera producción del año, prevista para llegar a los mercados locales entre junio y septiembre. Sin embargo, el inicio de la temporada lluviosa se ha retrasado 30 días, afectando la disponibilidad de agua y elevando las temperaturas, lo que ha complicado las actividades agrícolas.
La red de alerta temprana destaca que los agricultores están preparados para sembrar en cuanto las condiciones climáticas mejoren. Mientras tanto, las familias han tenido que recurrir a comprar alimentos de forma anticipada y reducir otros gastos esenciales como salud y educación, además de consumir menos alimentos.
Se espera que las lluvias comiencen a normalizarse en junio y que La Niña aumente las precipitaciones hasta noviembre. Sin embargo, se mantendrán las altas temperaturas, con el consiguiente riesgo de propagación de enfermedades, plagas y posibles inundaciones.

A pesar de estos desafíos, Fews Net prevé que los rendimientos de los cultivos de granos básicos para el ciclo 2024-2025 superen los niveles de 2023. No obstante, hasta septiembre, El Salvador y Nicaragua enfrentarán niveles acentuados de inseguridad alimentaria, mientras que Honduras estará en una etapa de crisis.
Este panorama subraya la urgencia de medidas de apoyo y adaptación para mitigar los efectos del cambio climático en la seguridad alimentaria de la región, donde la estabilidad de la producción agrícola es crucial para millones de personas.






