Por: Ricardo Guzmán, periodista independiente
Llevo años escuchando lo siguiente: “Hay que crear horarios escalonados para solucionar los problemas del congestionamiento y tráfico en el país.” Desde mi punto de vista, lamentablemente nuestra realidad no lo permite. ¿Por qué? Sencillo: cada mañana debemos salir a dejar a los “bichos” al colegio y/o, a nuestra pareja al trabajo y luego cada uno incorporarnos a las labores todos en un mismo vehículo. No hay de otra para poder llegar a tiempo y cumplir con las responsabilidades diarias.
Una familia debe salir de casa entre 3:30 a.m. a 4:00 a.m., dependiendo la zona en dónde reside, para ganar tiempo. Esto implica “sacrificar” a los pequeños y perder horas de sueño que luego pasarán factura el resto del día.
No se necesita tanta ciencia para calcular que pasamos alrededor de dos horas diarias en tráfico para llegar a San Salvador, ya sea que se proceda de zonas como la Autopista Comalapa, Carretera Los Chorros, San Martin o Puerto de la Libertad.
Todos nos movilizamos por medio de un automóvil, ya sea propio o transporte público. Claro, no es nada fácil, ante la ley del más fuerte en la calle, debemos soportar al que no respeta el alto, al motorista del bus que se parquea donde le da la gana, al que no “saca ni la lengua” para hacer un giro. Ni se diga de la paciencia que hay que tener con los que van mas pendiente del celular que de avanzar en el carril correspondiente.
La vida va tan rápido que siempre andamos contra el tiempo, somos una clase trabajadora que, por ende, nuestras viviendas están ubicadas en las llamadas “ciudad dormitorio”, donde comemos y vivimos, pero nos toca trasladarnos a otras para trabajar. Aun no existe la posibilidad (ojalá surja pronto) de crear dependencias de gobierno o empresa privada cerca de nuestras zonas de residencia para no salir de los municipios donde habitamos.
“Buenos días nos reportan accidente de tránsito en la zona de…”, esta frase que es repetida todas las mañanas por diferentes locutores en la radio tiene el suficiente poder de robarnos, en segundos, nuestra paz mental.
Las autoridades de transporte hacen lo suyo para tratar de aliviar este problema, que es casi inevitable en las grandes urbes, ya que cada día son más los automóviles que se han convertido ya no en un lujo, sino en una necesidad para el trabajador o estudiante.
El ministro de Obras Públicas y Transporte, Romeo Rodríguez, anunció en su momento la implementación de los carriles reversibles; a su vez expreso que entre los planes está la creación de un nuevo sistema de transporte público. Con la normativa se busca ordenar el transporte terrestre y de carga en el país. Entonces, ¿Qué hacer para no perder nuestra paz interior en el tráfico?
No soy un experto en psicología, pero el diario vivir me ha enseñado que es necesario no ser egoístas. Todos necesitamos circular por la misma zona, por tal razón, aunque cueste debemos llenarnos de paciencia.
Cuando manejemos olvidémonos de la venganza, aunque nos saquen de quicio tratemos de controlar la ira, esto nos puede llevar a actuar de manera intolerante y desencadenar una serie de acciones que luego vamos a lamentar. Mirémonos en el espejo de los que ya fueron noticia.
Como último consejo, para ustedes y para mí, aprendamos a pedir perdón. Practiquemos la cortesía al ir tras el volante, tratemos de corregir errores y si creemos en Dios, no dejemos de hacer una oración antes de salir de casa para pedirle nos libre de accidentes, poder hacer el bien, sin reaccionar violentamente y nos convierta en personas mas pacientes.