Con el objetivo de reforzar la infraestructura del sistema de salud en el país y garantizar la conservación adecuada de medicamentos sensibles a la temperatura, la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL), en alianza con Direct Relief y la Salvadoran American Humanitarian Foundation (SAHF), entregaron seis refrigeradores médicos de última generación a instituciones que brindan atención a poblaciones vulnerables en El Salvador.
La donación permitirá resguardar insulina, vacunas, medicamentos oncológicos y tratamientos para hemofilia, lo que representa un beneficio directo para cientos de pacientes que dependen de la cadena de frío para recibir sus tratamientos en condiciones óptimas.
Los equipos entregados corresponden a la serie Horizon Series™ HPR113-GX, refrigeradores médicos certificados para almacenamiento farmacéutico, que destacan por su estabilidad en la refrigeración, eficiencia energética y diseño compacto, ideal para centros con espacio limitado.
En esta ocasión, las instituciones beneficiadas fueron el Centro Médico de la Fundación Ayúdame a Vivir en San Salvador, la Clínica Asistencial Padre Arrupe en Soyapango, el Centro Médico David King en Jucuapa, Usulután, y el propio centro de distribución del Programa de Ayuda Humanitaria de FUSAL. Cada uno de estos espacios recibió el equipo necesario para garantizar que los medicamentos lleguen en condiciones seguras a sus pacientes.
Representantes de las organizaciones destacaron la relevancia de este esfuerzo conjunto. “Esta donación representa una mejora directa en la seguridad y eficacia del resguardo de medicamentos, lo cual se traduce en atención de mayor calidad para los pacientes salvadoreños”, afirmó Karla Segovia, directora ejecutiva de FUSAL. Por su parte, Erick Molina, director regional de Direct Relief, resaltó la importancia de la alianza para garantizar atención segura en comunidades con recursos limitados. Mientras que Carlos Reyes, director ejecutivo de SAHF, subrayó que el acceso a medicamentos en condiciones óptimas debe ser un derecho fundamental y no un privilegio.
FUSAL, que inició hace 39 años con su Programa de Ayuda Humanitaria, ha canalizado junto a SAHF más de $874 millones en donaciones hacia instituciones públicas y sociales en El Salvador. Su trabajo se ha consolidado gracias a la confianza de organizaciones internacionales, que reconocen su capacidad para distribuir insumos estratégicamente y responder a emergencias en el país.
Con este nuevo aporte, las tres organizaciones reafirman su compromiso de asegurar que la salud y los tratamientos esenciales estén al alcance de quienes más los necesitan, fortaleciendo la cadena de frío como un eslabón vital en el sistema sanitario salvadoreño.