El empresario multimillonario Elon Musk anunció este sábado la formación de un nuevo partido político en Estados Unidos, en medio de un agudo distanciamiento con el expresidente Donald Trump, tras la aprobación de un polémico proyecto de ley que Musk había criticado públicamente por su impacto en el gasto público.
“Cuando se trata de arruinar a nuestro país con despilfarro y corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia”, expresó Musk a través de su red social X. “Hoy, el America Party se formó para devolverles su libertad”.
La decisión representa un giro dramático en la relación entre Musk y Trump. Hasta hace pocas semanas, Musk era considerado uno de los asesores externos más influyentes del expresidente y su mayor donante individual en la campaña presidencial de 2024. No obstante, el proyecto de ley firmado el viernes por Trump —que, según estimaciones, agregará billones de dólares al déficit federal— provocó una ruptura entre ambos.
Musk, quien había liderado esfuerzos dentro de la administración para frenar el gasto público, calificó la iniciativa legislativa como “esclavitud por deuda”. Aunque anteriormente intentó calmar las aguas borrando publicaciones críticas y emitiendo declaraciones conciliatorias, la tensión resurgió con fuerza esta semana.
Hasta el momento, no hay evidencia de que el America Party haya sido registrado formalmente ante la Comisión Federal Electoral (FEC), un paso clave para operar legalmente como fuerza política en EE. UU. Musk no ha ofrecido detalles específicos sobre la plataforma ideológica de su partido, aunque ha señalado que buscará un enfoque fiscalmente conservador.
A pesar de sus desacuerdos actuales, Musk y Trump comparten posturas similares en temas sociales, lo que ha hecho que muchos analistas vean este movimiento más como una batalla personal que como una verdadera ruptura ideológica.
En sus publicaciones, Musk aseguró que su partido comenzará a participar activamente en las elecciones legislativas intermedias del próximo año, con el objetivo de respaldar candidatos en un número limitado de distritos clave para la Cámara de Representantes y el Senado.
Por su parte, Trump no ha tardado en responder. Esta semana, el expresidente advirtió que su gobierno podría reevaluar los multimillonarios contratos federales con las compañías de Musk y calificó al Departamento de Eficiencia Gubernamental —una dependencia que Musk dirigió anteriormente— como un “monstruo que podría volver y devorarlo”.
El anuncio de Musk revive el debate sobre las posibilidades reales de un tercer partido en el sistema bipartidista estadounidense, históricamente resistente a alternativas. Experiencias anteriores, como la candidatura del magnate Ross Perot en 1992, evidencian los desafíos legales, financieros y electorales que enfrentan quienes intentan romper el duopolio político.
Aun así, la figura mediática y el poder económico de Musk podrían convertir este nuevo esfuerzo en un factor disruptivo, al menos en el debate público de cara a las elecciones de 2026.