Como consecuencia de la pandemia del COVID-19, las desigualdades a nivel global,y el aumento desorbitado de los alimentos ocasionado por la guerra en Ucrania desencadenaría más de 260 millones de personas en pobreza extrema para este año.
Según la más reciente reunión del Banco Mundial y el FMI en Washington D.C se determinó que para finales de este año 860 millones de personas podrían experimentar la situación de pobreza es decir vivir con menos de 1,9 dólares al día.
«Si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el mayor aumento de los niveles de pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad del que se tiene constancia», advierte la directora de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher.
Así mismo muchas personas actualmente tienen dificultades para hacer frente al drástico incremento del costo de la vida, se debaten entre que comer o pagar las facturas médicas o el gas.
«Rechazamos la idea de que los Gobiernos no tienen fondos o medios suficientes para sacar a todas las personas del hambre y la pobreza y garantizar su salud y bienestar. Por el contrario, lo que sí vemos es una total falta de creatividad económica y voluntad política para hacerlo», subraya Bucher.
Oxfan realiza un llamado a que se tomen medidas urgentes para abordar la crisis de desigualdad extrema que amenaza con revertir los progresos realizados en los últimos 25 años.
